martes, 2 de octubre de 2018

HABLA, NEOHABLA


Una de las primeras cuestiones que un (directivo) podría hacer para mejorar la comunicación es simplificar el lenguaje de sus mensajes.

Resulta claro que lo que se considere sencillo variará en función de la audiencia.

La simplificación tal vez implique eliminar los términos que no sean familiares para todos los miembros (¿cómo saberlo, especialmente si el público sólo tiene un vocabulario de 400 palabras en “neohabla”…?)

Tal vez también requiera seleccionar expresiones más breves y activas, así como oraciones mas cortas.

(Por eso, atención), quizás la mejor clave para detectar el lenguaje complicado y pasivo sea el uso abundante de preposiciones.

Cuanto más preposiciones haya en (su) enunciado, más probable será simplificar el lenguaje y (emitir un) mensaje de un modo más directo(1).

(Por otra parte) los ejecutivos se quejan en forma consistente de las deficiencias que tienen los nuevos gerentes para escribir.

Sus quejas no se refieren tan sólo a faltas de ortografía o a errores gramaticales, que por supuesto habría que eliminar, sino a la falta de procesos de pensamiento lógico.

Como administrador, es probable que (su) lector deba escribir más informes y memorandos de los que le gustaría, y la eficacia de dichas comunicaciones escritas tendrán (eventualmente) un efecto importante (en su trabajo) y en su carrera.

En consecuencia, para ser un administrador eficaz hay que desarrollar buenas destrezas de escritura.

Al respecto, nada sustituye a la práctica(2).

(Asimismo, si debe realizar) presentaciones orales, (considere que las mismas) se califican de acuerdo con dos características (principales): su contenido y su exposición.

El contenido se refiere a la calidad, cantidad, exactitud y elaboración apropiada de los análisis presentados, incluyendo aspectos como la fluidez lógica a través de la presentación, la cobertura de aspectos importantes, el uso de recomendaciones específicas evitando generalidades, la ausencia de errores y la viabilidad de la recomendación.

La exposición incluye aspectos como la atención de la audiencia, la claridad de los apoyos visuales, la vestimenta adecuada, la capacidad de persuasión de los argumentos, el tono de la voz, el contacto visual y la postura.

(…) La exposición oral se inicia al presentarse (a uno mismo) y (cuando luego se) proporciona una descripción clara de los temas a cubrir.

Al inicio (…) se recomienda (intentar) captar el interés y la atención de la audiencia.

Esto se logra (…) contando una pequeña historia interesante (…) o compartiendo una experiencia.    (…) Una introducción “ligera” o cómica puede ser eficaz…

Una velocidad adecuada al hablar permite la emisión de 100 a 125 palabras por minuto, por lo que es necesario practicar la presentación en voz alta para determinar si se habla demasiado rápido, lo que sucede comúnmente cuando una persona está nerviosa, (y también para medir la duración del discurso).

(Se debe) respirar profundamente antes y durante la presentación para disminuir su velocidad al hablar.

Es conveniente tener disponible un vaso con agua, pues el hacer una pausa para beber humedece la garganta, proporciona tiempo para organizar las (siguientes) ideas controla el nerviosismo, reduce la velocidad al hablar, e indica a la audiencia (que habitualmente sigue) un cambio de tema.

Se debe evitar hablar con voz monótona, destacando diferentes palabras y oraciones en voz alta y clara, pero sin gritar.    (No hay inconveniente en mover el cuerpo y los brazos, pero debe ser de forma moderada).

El silencio es eficaz para romper con una voz monótona.

Es necesario detenerse al final de cada oración en vez de unir una con la siguiente.

Un expositor no debe cruzar los brazos, recargarse en el atril, meter las manos en los bolsillos ni colocarlas tras la espalda, sino mantener una postura recta con un pie ligeramente por delante del otro(3).

(Los comentarios entre paréntesis y las siguientes notas, son nuestros y no pertenecen a los textos citados.)
(1) Señalamos este postulado porque nos parece oportuno para trabajos académicos, aunque lo que empíricamente se puede constatar es que, para esas actividades, difícilmente los educandos los usan, especialmente si no están ya incluidos en un documento tomado “cut y paste”, porque hay una enorme mayoría que no lee y no maneja el idioma, “neohabla”(5), lo que nos relcuerda la teoría de que “el habla estructura el pensamiento”(4)y(6).
Por otro lado (preposición), las mismas son conectores imprescindibles para connotar afirmaciones en cuentos y novelas, y probablemente, sobreabundan en los nuestros, así que NO los rechazamos.

(2) Hitt Michael A, Black J. Stewart y Porter Lyman W, “Administración”, Pearson, México 2006, Pág. 509.

(3) David Fred R., “Conceptos de Administración Estratégica”, Pearson, México 2003, pág. XXVI y XXVII.

(4) Piaget, Jean, “El Estructuralismo”, Colección Historia del Pensamiento, Vol. 85, Hyspamérica Ed. Argentina SA, Buenos Aires, Vol. 85, Pág. 74: …si bien el lenguaje procede de una inteligencia parcialmente estructurada, aquél, a su vez, estructura a ésta y aquí empiezan los verdaderos problemas…”,

(5) Orwell, George, “1984”, Ed. G. Kraft, Buenos Aires, 1953, “neohabla” es un lenguaje apócrifo e imaginario, incluyéndose al final de la obra un falso instructivo titulado “Los principios de la neolengua”, que no es más que una versión extremadamente simplificada del inglés, idea que se pierde bastante con la traducción al castellano.
En esta metáfora, el vocabulario se reduce al mínimo, hasta el punto que palabras como malo se convierten en “nobueno” (lo contrario de bueno o “sibueno”), y terrible pasa a “doblemásnobueno” (“más que malo” o “masmasmalo”), así que, un buen hablante de neohabla es aquel que usa la menor variedad de palabras para expresar una idea, la que, por lo tanto, sólo puede ser algo simple.    Algo parecido al lenguaje del chat.

(6)  Vigotsky, Lev, "Pensamiento y lenguaje"(1934), Ed. Surcos, España, 2010, Capítulo 7, hace allí un análisis y crítica, sosteniendo que ambas capacidades mentales están muy relacionadas, así como de la influencia del lenguaje en otras capacidades cognitivas, apareciendo subsecuentemente que, …un lenguaje “pobre”, un pensamiento...

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